lunes, 28 de septiembre de 2009

Sobre la democracia directa

Creemos que sería positiva una pequeña reflexión acerca de la utilización del término “democracia directa” como equivalente de Anarquía en lo que respecta a la armonización de intereses y medio para la organización de la vida en sociedad. La razón fundamental es que a nosotres nos parece que desde nuestros Grupos tendríamos que evitar en lo posible la utilización de términos tan ambiguos como éste y que sirven para aumentar la confusión y dar lugar a malas interpretaciones. Con frecuencia observamos como es común en ambientes libertarios la utilización de estos términos (democracia directa y organización anarquista) como sinónimos, cosa que a nosotres nos resulta como mínimo poco acertada.

Lo que viene en llamarse democracia directa supondría, a nuestro entender, la participación del individuo sin intermediaries en la toma de decisiones, ocupándose el misme, y de manera conjunta al resto de la comunidad, de la organización y resolución de los problemas que a ésta le surjan. Hasta aquí no podemos sino estar de acuerdo. El problema surge cuando, avanzando en lo que este término conlleva: “democracia” presupone una forma de tomar y ejecutar decisiones. Democracia es un término de origen griego formada por dos raíces como son “demos” (pueblo) y “cratos” (poder). En este sentido, democracia, o poder del pueblo, por muy directa que ésta sea, no puede ser aplicada en la práctica de la toma colectiva de decisiones, al margen de cualquier imposición. Creemos que esto es así puesto que cualquier forma de Poder lleva siempre consigo la imposición o un mínimo de condiciones que hacen que ésta sea posible. En una sociedad organizada bajo tal “democracia directa”, ¿quién establecería quiénes forman y no parte de ese “pueblo” que ejerce el Poder cuando existiese en la comunidad una divergencia de intereses que no pudiese resolverse por medio de la discusión?, ¿sería entonces “pueblo” quien estuviese en mayoría?, ¿dejarían de considerarse inmediatamente como “pueblo” para no ser nada a quienes integrasen la minoría? Partiendo de nuestra forma de entender el federalismo libertario, a nosotres nos parece que la organización de la vida en sociedad no puede caer en el simplismo del juego de mayorías y minorías, sino tener como base el libre acuerdo y la libre federación entre las personas. Es decir, huir de imposiciones y respetar la libertad tanto de quienes estén en mayoría como de quienes se encuentren en minoría. Es verdad que, puestos en el caso, sería difícil que se llegase a tales extremos de divergencia en los intereses, pero tampoco podemos pasar por alto que ello no se escapa de lo posible. La cuestión estaría en que lo que la mayoría de la asamblea decidiese no pudiese nunca imponerse a quienes estén en minoría, dejándoles a éstes el camino libre para avanzar en otras posturas o simplemente no participar en algo con lo que no están de acuerdo.

Resulta paradójico, pero para nosotres, eso que algunes vienen en llamar “Poder del pueblo” (democracia): no podría ser más que la destrucción de cualquier forma de Poder, que la destrucción del Poder mismo; ya que el “pueblo” no es un ente desvinculado de las personas que lo conforman, sino que son estas personas o individualidades quienes tienen que tener potestad para decidir sobre lo que afecte a sus vidas de manera conjunta con el resto de la comunidad y es esto, la libertad de decisión partiendo de la individualidad, lo que hace posible que las decisiones que afectan a lo colectivo se tomen realmente en libertad. Sería este principio lo que garantizaría que eso dado en llamar “pueblo”, como conjunto de individuos, fuese libre. Esto, en nuestra opinión, no tiene nada que ver con ninguna clase de Poder, sino con el respeto y la armonización de las voluntades e intereses de los individuos que conforman la comunidad.

También se observa la similitud a nivel semántico entre “Democracia” y “Poder obrero”, pues en el contexto posterior a una hipotética Revolución Social que aboliese los privilegios de la burguesía y de sus guardianes, siendo entonces las personas en condiciones de ellos trabajadoras, “Poder obrero” y “Democracia” serían términos equivalentes (si se acabase con la división de clases, poco sentido tendría hablar del Poder de una de ellas). Nosotres ya sabemos lo que esconde tras de sí el “Poder obrero”, que no es más que el vacío ejercicio de fe que sustenta la desviación de la voluntad de las personas en privilegio de una nueva casta o clase dominante a la manera de las burocracias bolcheviques. Y creemos que, si bien eso de la “democracia directa” seguramente no sirve intencionadamente a los intereses de la tiranía de ningún partido o vanguardia revolucionaria, sí que deja los resquicios suficientes para mantener imposiciones y esconder dictaduras apoyadas en la ley del número. Nosotres no luchamos porque sean más o menos les que impongan sus intereses sobre otres; nosotres luchamos contra la imposición misma en todo lo que respecta a la organización colectiva de la vida en sociedad. No podemos confundir el libre acuerdo entre las personas en virtud de sus intereses comunes (y hacer o dejarlo de hacer según y cuando cada cual convenga) con ninguna clase de “Poder popular”. No necesitamos de la existencia de ningún Poder (por muy del pueblo que éste sea) que ratifique lo que nosotres mismes decidamos. Y es que, ante términos tan ambiguos como el de “democracia directa”, parece que estamos hablando más de un mito religioso en el que hay que creer y confiar porque sí, que de lo que sería la práctica palpable y cotidiana de la vida en sociedad. Si luchamos contra la imposición de la voluntad de unes sobre otres y por ser nosotres mismes, todes y cada une, quienes decidamos; ¿de qué sirve darle a esto nombres que no respetan realmente lo que queremos decir? Nosotres no luchamos por el Poder de nada ni de nadie; ni del “pueblo”, ni de la “clase obrera”, ni de les anarquistas; sino que luchamos por organizar libremente nuestras vidas. Si resulta absurdo hablar de Poder anarquista, ¿por qué nosotres mismes utilizamos “democracia” (una palabra que no puede desvincularse nunca de “Poder”) para referirnos a un pueblo organizado partiendo de principios anarquistas o libertarios?

Creemos que esa no es ni mucho menos la manera más acertada para explicar a la gente de manera clara lo que el anarquismo supone, y creemos que daría lugar a la confusión la utilización de otros términos más claros y menos sujetos a una interpretación que a nosotres nos parece equivocada. Esperamos que estas reflexiones abiertas en todo momento a la discusión (pues todes podemos equivocarnos) sirvan para aclarar un poco más nuestras posturas.

Grupo Alma Negra - F.I.J.L. Xixón

Publicado en: “Jake Libertario”, nº 17
Encontrado en: Germinal Libertario (F.I.J.A. León)

lunes, 21 de septiembre de 2009

Serafín Fernández Ramón "Santeiro"

Jornalero, minero y cenetista, lucha en el bando republicano hasta la caída del Frente Norte en 1937, iniciando su postura de rebeldía negándose a enrolarse en las tropas del ejército franquista. Hijo de Felipe Fernández, un "santeiro", de los que recorrian los pueblos ganándose la vida con la imagen de la Virgen de Trascastro. Serafín se va a la guerra civil como combatiente de la República. A su vuelta se encuentra con que a su padre lo ha matado con un batidor un molinerode Ibías para robarle. "Santeiro" lo encuentra y le da muerte, teniendo que huir al monte posteriormente, huyendo de las represalias.

Su partida fue creada en la primavera de 1941 y empezó a actuar por la zona de Cangas de Onís, con bases en la Sierra de Cuera. Pero, en las postrimerías del verano, la partida se traslada a la otra punta de la provincia, en la cruz de las provincias de Asturias, Lugo y León. Participa en una operación de rescate de presos del Penal de Fabero, en 1942.

Tiene bases en la Sierra del Valedor (Asturias) y en la de Ancares (León). Y su zona de actuación se extiende desde Cangas de Narcea (Asturias) hasta Becerrea (Lugo), pasando por Villafranca del Bierzo (León). Durante cinco años —“Santeiro” será abatido en Fontoria (León) el 5 de diciembre de 1947— esta partida es tremendamente activa. En Becerrea —septiembre de 1976—Quizá convenga recordar que algunos de sus hombres —entre ellos su lugarteniente “el Mozancón”— eran evadidos del Destacamento Penal de Fabero (León), unidades donde, salvo raras excepciones, los mandos tampoco tenían la mano suave con los prisioneros de guerra republicanos.

"Santeiro", al que disparan sus compañeros por error, hiréndole de gravedad, y sin posibilidad de ser atendido, se da muerte a sí mismo cerca de la casa de Penedelo donde se escondía, el 6 de diciembre de 1947. Ya cadáver, un somatenista le disparó varios tiros. Un falangista se paseo con las botas negras del guerrillero, al que le habían robado hasta el cinturón. A su entierro, fuera del cementerio de Vega de Espinareda, acudió un numeroso público.

Encontrado en: Paisajes de la Guerrilla

Sobre las peculiaridades de la clase dominante en Asturias

Está claro, desde hacía tiempo se sabía que la cuenca del Nalón superaba la media nacional en drogadicción en el Estado español. Hace poco se reconoció oficialmente que España supera en consumo de cocaína a Estados Unidos y triplica la media europea. Así está claro que Asturias es una de las regiones más azotadas por la droga del mundo a lo largo de la historia. ¿Por qué todo esto? se preguntarán las mentes inquietas. La razón es la misma que la que provocó el comienzo de las actividades de la aerolínea de tráfico de heroína de la CIA durante la Guerra de Vietnam. El control y la destrucción de la voluntad del enemigo de clase en potencia o declarado, en caso de Indochina anular a los soldados americanos para poder controlarlos o liquidarlos. En el caso de Asturias el objetivo es evidente, destruír la cultura y a la propia población obrera trasnochada que para los sindicalistas supone una amenaza latente a su intregridad física y por ello un obstáculo para los planes de progreso y redefinición de los negocios del gran capital. La población autóctona, sobretodo en las cuencas, y si no se va por las buenas se irá para siempre al otro barrio. Así de crudo, ni más ni menos pues los niveles de mortalidad de la heroína en los 80, solo se podían comprar a un genocidio social y los niveles de inundación de la coca en Asturias solo se explican por un plan premeditado para continuar como sea el genocidio.

Y todo esto con la participación comercial de todos los sectores burgueses empresariales, de toda la burocracia sindical como otros burócratas del Estado y con el silencio cómplice de la mayor parte de la población. Todo el mundo sabe que la tranquilidad con la que transcurre el tráfico de esta marea de coca, venida de las Rías Bajas tras el comienzo de las prejubilaciones, es debida al control absoluto de la misma por parte de la Autoridad, concretamente de la Guardia Civil. El mayor y casi el único cartel de la droga de Asturias. Que lógicamente reparte beneficios entre jueces y funcionarios varios. Toda la gente prudente elogia los logros empresariales de constructores narcotraficantes y de hosteleros que además de ser unos explotadores aglutinan en torno a sí a los elementos más miserables del lumpen y del mundo comercial, pagando religiosamente a la Guardia Civil su permiso de actividad comercial narcotraficante. Empresarios respetados a los que la gente sencilla intenta servir y adular (como a los dueños de burdeles) para que den trabajo a sus hijos como último recurso antes de mandarles a la Academía de Policía. El control social de los narcotraficantes ya que se ven respaldados por sus jefes, los representantes del Estado, es escalofriante. Lo único que les exige la Guardia Civil y la policía es discreción para resolver sus asuntos. Nadie debe darse cuenta de lo que ocurre y compararlo con Nápoles, Ulster o la comarca de Vigo. Aquí no pasa nada, no hay habituales ajustes de cuentas como en estos tres lugares. El buen rollito impera, no solo entre los empresarios de la muerte y sus jefes policías. Sino que mucha gente ve muy bien el asunto, incluso gran parte de la gente de la escena tropical y radical. ¡Quién no ha tenido un camello punk! O en su defecto ha tenido que ¡Quitárselo de encima por comerciante pesado! Inasequible al desaliento ante la negativa de comprar su mercarncia.

Publicado en: Su Capital nº8, Verano de 2007.
Digitalización: AsturiesLlibertaria

lunes, 14 de septiembre de 2009

"Cosas muertas", de Ricardo Mella

Todos los cultos declinan. A pesar de la propensión humana a postrarse ante algo; a pesar de la fe transmitida de generación en generación durante siglos, se agostan las creencias, vacilan las ideas, fenecen los ritos. Los más antiguos dogmas flaquean en la conciencia humana. La fe está muerta aún para los recalcitrantes.

Si por inclinación hereditaria forjamos nuevos ídolos y nos arrodillamos ente ellos bien pronto el culto decae y, al fin perece.

La neofilia política inventó también sus mojigangas rituales. La neofilia social, sus efemérides, sus santos queridos, su culto místico. La revolución, sus fetiches relampagueantes. Sin luminarias, colorines y trapajos no hay, para el hombre, fe posible ni entusiasmo aceptable.

Pero a la hora presente sólo queda la rutina de todos los cultos. Viven éstos vida lánguida y monótona, vida automática, fiel a la costumbre. Se va a misa de la misma manera que se acude al paseo para dar vueltas a la noria durante un par de horas. Se acude al mitin conmemorativo del mismo modo que se va al cine o al teatro. Se concurre a la ceremonia religiosa, política o social, como quien cumple una función penosa para fastidiarse y aburrirse por hábito. No hay fe, no hay entusiasmo, no hay convicción. Podrían contarse los petrificados en la adoración de las cosas muertas.

Los mismos escritores emborronan sus cuartillas en fechas determinadas por rutina. No habiendo a mano nada nuevo que decir, zurcen unas cuantas vulgaridades para salir del paso. Los oradores repiten los mismos lugares comunes sin arte ni entusiasmo. Y los lectores o los oyentes bostezan atrozmente, hastiados de la ramplonería culterana que no acierta a galvanizar el cadáver de la idolatría.

Por rutina, el 11 de febrero hay todavía mítines y banquetes. Por rutina el 18 de marzo se escriben unos pocos artículos y se pronuncian unos cuantos discursos para recordar a los heroicos comunalistas de París. Por rutina, los periódicos editan números extraordinarios para conmemorar fechas o acontecimientos. Por rutina, los rezagados de todos los ideologismos continúan adorando en sus queridos iconos y en sus gloriosas efemérides. El culto no tiene otros mantenedores que las momias en dos pies de todas las creencias.

La muchedumbre, inteligente o ignara, que camina hacia el porvenir, se aleja poco a poco de esas adoraciones. Los hombres de pensamiento y de corazón, los revolucionarios conscientes de su obra, las repudian y condenan abiertamente. Los sacerdotes de la religión teológica y de la religión filosófica; los sacerdotes del mito político y del mito social se quedan solos. Son como el cura de la novela de Zola diciendo la última misa en la última iglesia.

Inútil esforzarse en apuntalar la torre secular que se viene al suelo. Locura, ponerse delante de la ola de escepticismo general que arrolla y destruye a su paso los cachivaches de la fe. Son cosas muertas en la conciencia humana. No se cree, no se adora, no se idolatra. El pensamiento se yergue poderoso sobre todas las fragilidades de la sensiblería mística, así se escude tras las idealidades renovadoras. La revolución pudo tener, tuvo sus monigotes canonizados, sus fechas santas, su culto y su rito. El entusiasmo neófito la saturaba de misticismos y de idolatrías. La razón madura la quiere iconoclasta, irreverente, escéptica. Y así, en nuestros días, muere no sólo la fe arcaica, sino también la fe novísima de los nuevos idealismos.

Quédese para los fósiles revolucionarios el pueril entretenimiento de los banquetes y de los mítines conmemorativos. Las falanges de la revolución tienen algo mejor que hacer. No están por gastar su tiempo en vestirse de arlequín y ensayar pasos de baile. Es demasiado ruda la revolución proletaria, para distraerse con las filigranas deslumbradoras de un aristocratismo muerto, de puro corte burgués.

La revolución obrera quiere sustancias, cosas vivas; no cosas muertas.

Ricardo Mella.

Publicado en: “El Libertario”, núm. 28. Gijón, 22 febrero 1913.
Encontrado en: RicardoMella.org

domingo, 6 de septiembre de 2009

Nada que celebrar (8 de Setiembre)

8 Setiembre, tamos de folixa. Ye lo que hai. Santina, sidra y bandera. Ye lo que hai. Nun damos pa más. Sigui too ensin novedá.

Na basílica dello de xente rezando y dando-y gracies a la santina, nel gobiernín muncho menos xente, pidiendo y dando-y gracies a los santinos. Caún nel so sitíu, caún a lo de so; que asina foe siempre y asina nos va.

Y asina, seliquino, que nun ta la cosa pa esmolecese muncho; a primeros de setiembre vamos restando-y un añu a la cuenta atrás. Sentaos con murnia esperando a que llegue a 0, pa acabar de llimpiar la concencia y tou esmolecimientu, darréu perdelo nun hai res polo que se esmolecer. Aselecer, aselecer...

Pinta-yos false sorrises a los fartones, falses promeses y falsu futuro (pero ¿ye que nun ves que tan matandote? ¿ye que nun ves que tan matandonos?). Vendéi esperances de sacu rotu, pa nós mercales darréu en sin decatamos que nun hai más esperanza que l'aición direuta.

Güei yera buen día pa alcordase del trabayu, de la nuesa cultura, de la xente que aporta equí ensin na ente les manes y lluchar polo nueso (naide lo va facer que nun seyamos nós).

Asturies, nun te quedes n'estáu, nin te quedes en nada. Porque somorguiaos na borrina de la murnia, anguaño nun hai nada que celebrar, mas que un tiempu que se nos escapa ente los deos de les manes.

Puxa Asturies Llibre (de fartones).

Vamos dexar de vivir
de gaita sidra y tambor,
de la Santina na cueva
y de castros baxo’l sol. Óyense voces falando
de pueblos y llibertá,
de roses llorando espines,
de palombes y un riscar.

Andrés Solar

Sumiciu

Espublizáu en: Nenyure

8 Setiembre, día de la nación asturiana (1998)

Esti 8 de setiembre, día de la nación asturiana, foron 2 les manifestaciones que la izquierda nacionaliega entamó per separtao pa reivindicar esta fecha. De un llau Andecha Astur como tolos años n'Uvieu y de otru'l nomáu Bloque de la Izquierda Asturiana (BIA) formau pola escisión d'Andecha INA (Izquierda Nacionaliega d'Asturies) y el partíu d'intelectuales IAS (Izquierda Asturiana) (¡Puxa las sigles!).

Na manifestación d'Andecha Astur n'Uvieu participaron unes 150 persones, na mayoría xente mozo, empobinando peles cais d'alredor del gobiernín y finando frenti la puerta'l mesmu. Durante la mani glayóse a favor de la independencia d'Asturies, contra l'Estau Español y pola oficialidá del asturianu. Cuando acabó la mani quemóse una bandera de España. Desgraciadamente los discursos foron enantes de la mani pa que asina le xente nun pudiera colar; mientres el voceru d'Andecha Mocedá dicía que la situación d'anguañu d'Asturies necesitaba de tonelaes de llucha, el d'andecha Astur tresmanábase nun discursu enforma ambigüo del derechu de "tolos asturianos" a decidir ellos mesmos, ensin estremar les clases sociales a les que pertenecen.

A la manifa del BIA acudieron unes 250 persones, tuvo un tonu moderau y centrada nun discursu electoral d'atropar fuercies alredor de la so coalición, daqué que desgraciadamente remembra lo que ye'l BNG en Galiza, un proyeutu integrau dafechu nel xuegu democrático-institucional escaeciu de cualisquier mensaxe rupturista.
D'otramiente a les 6,30 en Xixón un grupo xente punxo na autopista una barricada de neumáticos prendios que cortó'l traficu durante 15 min.

Ye una pena que feches como esta nun tengan un conteníu de llucha más fondero. Col desaniciu que sufre'l pueblu asturianu las rempuesta tien de ser otra enforma estremada. Ye la xera de la xente que tamos pola lliberación social, l'autoorganización de la llucha, entamar la grieska ensin qu'electoralismos y intereses partidistas mos dixebren.

Puxa Asturies llibre ya dixebrada, ensin explota@s nin explotadores.

Hay qu'armala.

Espublizáu en: Agitazión nº30, Ochobre? de 1998.